MI HISTORIA PARTICULAR, OTRO EPISODIO…
En el año 1983, con
el grado de Mayor, me encontraba sentando plaza en el Batallón de
Infantería de Selva “Mariano Montilla”, con sede en Luepa, Estado
Bolívar. En el mes de Diciembre de ese año, se efectuaron las elecciones
presidenciales del país, donde resultó ganador el doctor (Médico
pediatra), Jaime Ramón Lusinchi, candidato del partido Acción Democrática;
quien venció con casi millón y medio de votos por encima de su
contendor, el doctor Rafael Caldera, del partido COPEI. El doctor Lusinchi
inició su gestión el 2 de Febrero del 1984, convirtiéndose así en el
sexto Presidente del sistema democrático que teníamos los venezolanos desde el
1958.
Para esos días de
febrero del 84, se presentó en nuestra jurisdicción (la Gran Sabana), el ex
presidente Rafael Caldera, quien pasaría unos días de descanso en la llamada
“Casa Presidencial” ubicada en la comunidad indígena de Kavanayen (a unas dos
horas de camino de Luepa). El comandante del Batallón Tcnel. Nicolás Valencia
Vivas, me designó para acompañar a este personaje durante su visita
y estadía. Al segundo día de estar cumpliendo esa misión, llegó a
Kavanayen, el Mayor Eliseo Peña Pineda a relevarme en la tarea, debido a que yo
había sido transferido al Regimiento Guardia de Honor, en
Miraflores, en Caracas. Debo hacer dos acotaciones:
- “Cuando el Ex presidente se enteró de mi transferencia para
Miraflores se paró de la silla y se retiró de la mesa donde estábamos sentados
y ni siquiera por decencia se despidió de mi persona…”
- “Ese día llegó al Batallón el Gral. Bgda. Juan José
Bastardo Velásquez, Comandante de la Brigada a la cual pertenecíamos y habló
conmigo, para que no me fuese al nuevo destino, exponiéndome una
serie de cosas, que según él, no me favorecerían en mi carrera militar…”
Por supuesto que yo
si deseaba ese cambio, - el cual no busqué precisamente- porque
esa Unidad a la que me habían mandado en Luepa, era de
Infantería y yo del Arma de Caballería; además, allá era
supernumerario, debido a que por su organización le correspondían solo dos
Mayores y habíamos tres), y aunque mi paso por ese batallón
había resultado EXITOSO - contra todo pronóstico- y una experiencia
inolvidable, allí estaba “castigado” y por qué no decirlo? en
Caracas se encontraba la mujer con la que quería casarme y compartir
el resto de mi vida: Irvid. Después me enteré, que quien había
pedido que me transfirieran para esa Unidad Superior era el propio Jefe de la
Casa Militar, el Gral. Bgda. Víctor Higuera Castellanos, quien estando de
Director del Museo Histórico Militar, se había enterado de la injusticia que
habían cometido conmigo.
Como mi llegada al
Regimiento Guardia de Honor fue a destiempo, ya los
equipos estaban conformados, por decirlo de alguna manera; y aunque por
Resolución iba para un Cargo, me asignaron otro diferente. Tengo que
reconocer que me sentía muy incómodo y que fueron varios los
escollos que tuve que sortear en ese mundo al que estaba llegando;
de los que gracias a Dios salí también airoso.
El Doctor Luis
Antonio Herrera Campíns, acababa de entregar la presidencia de la República y
como ex presidente le correspondía la asignación de un Ayudante
Militar y me nombraron a mí para ejercerlo. Por supuesto y como era de
esperarse, en ese mini mundo al “rey muerto no lo quiere nadie” o al
menos, la generalidad piensa que no le va a beneficiar a uno en nada trabajar
junto a ellos. Y así me fui a su casa en la Urbanización Los Chorros; me le
presenté y me puse a su disposición. Son muchos los recuerdos que guardo de
esos inolvidables momentos en que tuve el HONOR de compartir con
este tremendo personaje.
“… ¿ Me puede acompañar a un
evento en tal sitio esta tarde a las seis?; era el propio Presidente Herrera
quien me llamaba. Tenía instrucciones de apoyarlo, le contesté: “ por supuesto,
a las cinco de la tarde estoy en su casa”. A la hora acordada estaba yo allí.
Recuerdo perfectamente que él mismo me recibió y mando a pasar y
luego muy decente y respetuoso llamó a su hija para que me atendiera mientras
él se terminaba de arreglar. Su hija, una adolescente, le dice:”.. papá me
puede prestar un carro para salir a una reunión? contestando él : “… es tarde,
estas no son horas para que los muchachos estén en la calle…”
“ … Mayor, quiero visitar a Nerio en la
cárcel de El Junquito”, se trataba de Nerio Neri Mago; le dije ”…
Presidente creo que no es prudente que usted vaya a ese recinto penitenciario”,
le expuse mis alegatos y aun así me dijo: quiero visitarlo. Llamé al
Subdirector de ese Internado Judicial, quien por esas casualidades
del destino es mi amigo y paisano, el Dr. Orosmán Azuaje, y le dije “… voy
saliendo con el presidente Herrera para allá…”. Al salir de la
visita me dijo: “..él es inocente de lo que se le acusa y es mi
amigo“
- También le hacía preguntas como para
raspar a cualquier persona que hubiese tenido su cargo, como por ejemplo: “…
Presidente, en su gobierno se hizo el Hospital de Santa Elena de
Uairén en la frontera con el Brasil y fue súper equipado. Cual fue
el motivo?”, respondiendo con una larga y detallada
explicación desde todos los puntos de vista, como si él hubiese sido el
ejecutor directo de esa obra.
- Al montarse a cualquiera de los
vehículos le decía a su conductor: “…Pedro, ponga a Radio Rumbos”. En una
oportunidad le pregunté: ” Presidente por qué lo de Radio Rumbos?, su repuesta
no se hizo esperar: “Esa es la emisora más chismosa de Caracas y uno se entera
de todo lo que está pasando”.
- En una oportunidad salimos en su
vehículo Mercedes Benz y detrás de nosotros la escolta al mando del Comisario
Vázquez Guariguata. Como por lo viejo, el carro no tenía
aire acondicionado, llevaba los vidrios abiertos y justo sobre el
elevado que había en la Plaza Altamira el transito estaba muy lento, una señora
que iba por otro canal, miró al presidente y le dio una “soberbia mentada de
madre”. Nos miramos y nos cuajamos de la risa… Igualmente en muchos actos,
personas de todas las edades se le acercaban y hasta le pedían autógrafos. De
verdad que era todo un personaje…
- En otra oportunidad bajábamos la
autopista para el litoral, porque había un acto en la Meseta de
mamo, en Catia la Mar y comienza un aguacero, el presidente me
pregunta: ”… Mayor usted sabe en que se parece esta autopista a las
niñas viejas? Mi repuesta: No se señor presidente. Me dice: “En que es muy
bonita, pero cualquier aguacerito la hecha a perder”
En fin, lo acompañé
durante un año a muchas actividades; lo conocí de cerca. Hombre extraordinario,
muy inteligente, con una memoria increíble, dicharachero, amigo de los amigos,
excelente padre de familia y “NO” comía Torontos o al menos nunca lo hizo en mi
presencia.
Puerto Ordaz, 15 de
Julio del 2018
MILTON R. ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX