YO ESTUVE CON
UN SANTO.
El hecho de
que Venezuela esté atravesando por la peor crisis que haya sufrido al menos en
los últimos setenta años; nos ha llevado a que olvidemos o que muchos dejaran
pasar, como dicen en mi pueblo: “…por debajo de la mesa”, un acontecimiento de
gran relevancia, del cual el 26 de este mes se cumplieron treinta y cuatro
años.
Un ilustre
visitante llegaba al país el 26 de Enero de 1985, quien con su español
machacado pero perfectamente entendible nos dio su primer mensaje: “Hacía tiempo que deseaba venir a veros, queridos hermanos y hermanas de
Venezuela. (…) Vengo a la tierra de Simón Bolívar, cuyo anhelo fue construir en
este continente una gran nación. Me trae un objetivo bien preciso: tratar de
consolidar aquella primera siembra evangélica que se operó en las playas de
Cumaná y que halló pronta expresión visible en la primera diócesis, la de Coro,
declarada ciudad pontificia por uno de mis predecesores”. Se trataba de la primera visita que hiciera a
Venezuela Karol Wojtyla, el Papa Juan Pablo II, quien en una apretada agenda
mantuvo multitudinarios encuentros con seguidores en las ciudades de Caracas,
Maracaibo, Mérida y Guayana.
Para ese entonces, con el Grado de Mayor
del Ejército Venezolano, me encontraba trabajando en el Regimiento de la
Guardia de Honor de la Presidencia de la República, Unidad Superior adscrita a
la Casa Militar, como Jefe de Personal y tenía además asignada la misión de ser
el Ayudante Militar del Ex Presidente Luis Herrera Campins, desde el mes de
Febrero del año anterior (1984).
Al estar confirmada su visita al
país, por ser la máxima autoridad y jefe del Vaticano, la seguridad y
custodia de tan ilustre personaje le correspondía a la Casa Militar. De
inmediato se procedió a la preparación y al entrenamiento de todo el personal
que intervendría en esta Operación por tan importante visita. Se designaron los
responsables de la seguridad inmediata de aquellos sitios a ser visitados por
el Sumo Pontífice, la cual recaía sobre los Oficiales con el grado de Mayor,
plazas del Regimiento.
Para ese momento el único Mayor que
no fue designado para esta operación es quien les escribe, debido a que mi
misión sería acompañar al Dr. Herrera C. a estas reuniones con el Papa.
Una buena tarde ya cercana la fecha
de la visita, se le presentó el entonces Mayor (Ej) Alexander Golovco Popova
(QEPD), quien tenía asignada la seguridad de la Nunciatura Apostólica, al
Comandante del Regimiento y le dijo, (palabras más, palabras menos), la no
conveniencia de que un Oficial con apellido ruso estuviese prestando seguridad
al sitio donde dormiría el Papa, pues esto no se vería bien … entonces me llamaron
y me asignaron esa misión.
Hice las coordinaciones del caso; por
cierto que al Obispo encargado de la parte administrativa de la Nunciatura, si
mi memoria no me traiciona era de apellido Bernardy, no le gustó nada ese
cambio, entre otras cosas, porque ya había solicitado y había enviado el nombre
del Mayor Golovco P, junto con la lista del personal para que del Vaticano
autorizaran la entrada de personal armado a ese recinto.
Quiero mencionar que el Presidente Dr.
Jaime Lusinchi, estaba muy emocionado con esta visita y dijo entre otras cosas
que quería que cuando el Papa entrara al Palacio de Miraflores, el cerrito
donde está el helipuerto estuviese adornado con árboles ya floreados con la
bandera del Vaticano. Esto fue un verdadero dolor de cabeza para muchos en el
Palacio, después de varias pruebas fallidas, me dijeron que le diera esa misión
al Profesor Chepin López, quien dependía en el Regimiento de mi persona y que a
su vez lo apoyara para que esta orden se cumpliera. El Maestro Chepin hizo uso
de toda su creatividad y sabiduría y puso todo su esmero para que esto se
cumpliera y de verdad que fue todo un espectáculo ver ese día 26 de enero esos
araguaneyes enanos floreados y que en combinación con otros árboles y matas que
estaban floreados de blancos hacían relucir y resaltar los colores de la enseña
vaticana.
Tomé las instalaciones de la
Nunciatura Apostólica cuatro días antes de la llegada del ilustre visitante.
Muchos son los recuerdos que tengo de esa misión; mencionaré en este escrito uno
en especial. El Día 28 de Enero (sábado), el Papa salió de Maracaibo para
Mérida donde celebró una misa en La Hechicera; retorna a Caracas y va al Teatro
Teresa Carreño donde se reúne con sacerdotes y seminaristas; después pasa a la
catedral de Caracas donde lo esperaban los laicos y responsables de la Misión
Nacional. Posteriormente, en las primeras horas de la noche, se traslada al
Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela para un encuentro con
40 mil jóvenes; en éste, uno de los animadores del evento era el afamado
locutor José Visconti (QEPD). Al finalizar el encuentro, el Papa y su comitiva
salieron a la Nunciatura. Visconti tuvo
“la flamante idea” (ignorando el gran
cansancio del Papa), de invitar a todos esos jóvenes, diciéndoles: “…ahora
saldremos hacia la Nunciatura a darle una serenata” .
Cuando entra la caravana que
trasladaba a Su Santidad a la Nunciatura, el Jefe de la escolta personal del
Papa me dice: “…el Papa viene muy cansado y va a reposar. Dígale a la gente que
el Papa no quiere bulla…” Yo viendo la multitud que se estaba reuniendo en la
avenida al frente de la Nunciatura y que gritaban a unísona voz: “Queremos ver
al Papa”, “Que salga al balcón”, le contesté: “…dígaselo usted mismo”,
respuesta que no le agradó mucho al italiano. Los jóvenes continuaron llegando
cargados de alegría, con su música, sus gritos y peticiones de querer ver al
Papa, etc. Entonces me dirigí al salón principal de esta casona y hablé con
unos Obispos que estaban allí y con el Jefe de la escolta y les pedí que
hablaran con el Papa para que saliera un momento.
Al poco rato el Papa salió al balcón
y dijo lo siguiente:
¿Ustedes no están cansados? La
repuesta de los jóvenes fue un poderoso grito: NOOOOOO
El Papa les dijo: …Yo
si… el Papa está cansado, el Papa tiene sueño
Después les pregunto: ¿Qué
día es hoy? Todos respondieron: SABADOOO
El les consulta nuevamente: ¿Y
mañana? DOMINGOOOOO
Les vuelve a preguntar: ¿Y qué
se hace los domingos? SE VA A MISAAA
Bueno ahora se retiran y se preparan para ir a Misa
mañana. Fue su repuesta
De inmediato toda esa enorme
muchedumbre se fue pacíficamente y en menos de tres minutos no había un alma en
toda la avenida.
Ese Santo salió de Venezuela el 29 de
Enero del 1985 y antes de subir al avión que lo trasladaría a el Ecuador, nos
dejó un pensamiento y un mandato: “Venezolano, renueva tu fe y llévala
a tu vida personal, a la familia, al empeño por la justicia, a la solidaridad
con el pobre y con quien sufre”.
Como dice un programa de televisión:
Yo estuve allí. YO ESTUVE CON UN SANTO
MILTON R. ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX