LA NUEVA TECNOLOGÍA Vs. LAS TRADICIONES
Estos días
de navidad y de fin de año, como dicen los Filósofos, cuando hablan de
“Reminiscencias”, activan aquella facultad que tiene el alma de traer a la memoria
imágenes que conservamos pero no las tenemos presentes en el día a día.
Me acuerdo, que de niño, la cercanía del mes de diciembre era
súper especial, mamá hacía unos famosos y enormes pesebres que abarcaban media
sala de “La Siempreviva”, así se llamaba la bella casona donde vivíamos en
Santa María, caserío cercano a la ciudad de Valera, en el estado Trujillo. Para
ello debíamos buscar, entre otras cosas, el musgo y una arenilla blanquecina
que ella siempre utilizaba. Esto era un viaje de un día, que se organizaba para
el cerro que estaba detrás de nuestra casa, eso más que un viaje de trabajo era
de aventuras y de un gran disfrute para nosotros.
También evoco aquello de las “Tarjetas de Navidad”. Era costumbre
mandarlas a las amistades e igualmente recibirlas de ellas. Mamá religiosamente
todos los años con la debida antelación, mandaba a elaborar en una imprenta
estas postales y llegado el mes decembrino hacía una lista de las familias a
quien se las enviaría. Estas, una a una las iba personalizando y con su bella
caligrafía les escribía los deseos por estas fiestas y uno salía como el mejor
de los “carteros” a entregar estos sobres, seguro de regresar con un cerro de
Tarjetas de esas familias y con uno u otro regalo. Las tarjetas se colocaban al
pie del “arbolito de navidad”, allí se exhibían durante todo el mes. Muchas de
las recibidas traían timbrado la siguiente frase: “A Merry Christmas and a
Happy New Year”, cuán lejos estábamos de saber que el inventor de las “Tarjetas
Navideñas” fuera el polifacético diseñador inglés Henry Cole, quien en el año
de 1843, le pidió a su paisano y amigo el pintor John Calcott Horsley, le
dibujara y pintara en una pequeña tarjeta una escena navideña, para enviárselas
a sus amigos y familiares. Horsley hizo 1000 y ellas llevaban la inscripción
antes citada. “Así son las cosas”, decía “El Chivo Negro”…
Esta y muchas otras tradiciones se han ido perdiendo y quizás de
una forma muy apresurada, todo producto sin lugar a dudas de las nuevas
tecnologías. El Internet y la telefonía celular han acercado más a las personas,
cuestión que me parece fabulosa, pero ha cambiado nuestra acostumbrada forma de
ser y actuar. Ya muy poco se ve el envió
de Tarjetas navideñas, pero si nos llega a través de estos medios una andanada
de mensajes sms, e-mails, postales virtuales, emoticón, emoji, sticker, etc.
alusivas a estas fiestas de navidad y año nuevo, que aunque son muy bonitos han
perdido la parte personal y afectiva particular que le imprimía cada uno de
nosotros.
Para finalizar quiero hacerles llegar: a mi familia, a mis
amigos, en fin a mis lectores; mi invitación a la profunda reflexión de lo que
hemos vivido en el año que termina, que los errores cometidos sirvan de una
eterna lección para llenarnos de sabiduría; y a soñar, donde estemos, por lo
que queremos para el venidero, convencidos de que las adversidades serán
superadas y que nos convirtamos en el motor vigoroso para impulsar esas grandes
metas que tenemos en mente. Le pido al Todopoderoso, para todos nosotros, nos
dé mucha salud y mucha fuerza de voluntad para luchar y conseguir lo que todos
los venezolanos de buena voluntad queremos y nos merecemos. Adiós al año 2019 y
el nuevo año sea bienvenido lleno de alegría y esperanza de mayores
oportunidades, en fin… sea un “nuevo y mejor amanecer”.
Caracas, 31 de diciembre del 2019
MILTON R.
ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX