LA MUERTE DE UN AMIGO…
Ayer martes 27 de abril del 2021, recibí la muy triste noticia de la muerte de Nemesio Montiel, producto de haber padecido la “peste china”, cuestión que me llenó de pesar, de pero sobretodo de mucha aflicción.
Nemesio Montiel (nacido el 25 de noviembre de 1943), también conocido como Nemesio
Montiel Ja'yaliyuu) fue un académico, sociólogo, antropólogo y activista
venezolano de origen wayúu.
“…Montiel nació en Laguna del Pájaro (Alitasía),
estado Zulia, el 25
de noviembre de 1943, dentro del clan Ja'yaliyuu1 y
descendiente del líder indígena Torito Fernández Obtuvo el grado de Antropología Social y
Aplicada e Indigenismo en la Universidad Central de Venezuela en 1972, presentando como
trabajo de grado "La Guajira: Perspectivas Antropológicas, según un
Guajiro", con la que obtuvo la calificación summa cum laude, convirtiéndose así en el primer
antropólogo venezolano de origen indígena…”
Nemesio, “Hijo ilustre de la Guajira”, digno representante de la etnia
Wayuu, fue más que un amigo, mi “hermano
de la vida”, cariñosamente le decíamos “el Tuco”. De él guardo muy gratos recuerdos
que serán imperecederos en mi vida.
Llegué a Paraguaipoa estado Zulia a finales del año 1967, recién
terminado el Curso de Comando y Estado Mayor, con el grado de Teniente Coronel
y con la honrosa misión de fundar y ser
el 1er. Comandante del Grupo de Caballería Motorizado Gral. Div. “Francisco
Esteban Gómez”, en esa bella localidad corazón de la Guajira venezolana. Aún
cuando conocía geográficamente la zona; desconocía totalmente a sus principales
habitantes constituidos por la Etnia Wayuu, así como su modus vivendi. sus
costumbres, su organización, etc. en fin era un “arijuna” más que por esas
cosas del destino que entendemos tiempo después. Entonces fue así como lo conocí, porque él fue una de las
primeras personas que se me acercó y me
brindó su apoyo incondicional convirtiéndose
en uno de mis principales “maestros de
lujo” en esta tarea de adentrarme en ese
apasionante “nuevo mundo”.
Fueron muchas las vivencias, los gratos momentos pasados con el “Tuco”,
con quien más de una vez me senté debajo de esos frondosos árboles a la orilla de la laguna “el Pájaro” en Alitasía,
su casa materna, a oír, acompañado del melodioso
sonido de una Zampoña tocada por uno de sus paisanos y a su familia contar fabulosos relatos de cómo se formó
Paraguaipoa; de quienes fueron sus primeros maestros; de la visita de Rómulo
Gallegos a esa población; de la vez que aterrizó un avión en Los Filúos e innumerables cuentos que
todavía recuerdo como en aquellos días. Así mismo: las constantes visitas sabatinas con sus
estudiantes de la Universidad del Zulia, a la Unidad que yo comandaba y en
donde yo personalmente, les impartía una “Conferencia sobre la Guajira, sus
costumbres y la misión de Seguridad que cumplía esta Unidad Táctica” en esta
apartada, pero sensitiva, región de nuestra querida Venezuela.
Imagínense como no recordar las visitas que hiciéramos a los ancianos de
la comunidad wayuu, para saludarles, expresarles nuestro respeto y oírles sus
vivencias; sus valiosos y oportunos consejos en aquellos momentos donde había
que tomar decisiones por acciones efectuadas con la comunidad; aquellas visitas
a las comunidades de la alta, media y baja Guajira (Cojoro, Laguna de
Cocinetas, Guarero, Paraguachón, el Tigre, Misión de Guana, entre muchas
otras); a la ciudad de Maicao (Colombia);
o la que hiciéramos en compañía de otro excelente amigo músico y poeta
de la gaita: el Señor Lenin Pulgar, a las fiestas de La Junta, en las
estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia), tierra natal del
“Cacique de la Junta” Diomedes Díaz; acompañamiento a los deudos en los primeros y segundos velorios de paisanos;
sus escritos en la columna “Kasachiki”, que publicaba en el diario
marabino Panorama, etc. Fue mucho el
“coquinche” que degustamos, así como el “friche” y la tortuga que deleitamos en estas travesías. En fin,
aprendí mucho de mi amigo “el Tuco”
sobre la cultura Wayuu. Me involucré tan a fondo con la comunidad y con
la etnía Wayuu, que me consideraron merecedor del título de “Hijo adoptivo de la Guajira”, que me otrogó
la comunidad Wuyuu mediante un acto
solemne presidido por las autoridades de la Alcaldía del Municipio Páez del estado Zulia,
donde me entregaron un hermoso pergamino de cuero de chivo, con dicha
declaración y que conservo con verdadero orgullo y gran afecto a todos sus habitantes, ahora
mis hermanos de la vida.
Tu partida deja un hondo vacío en la colectividad de la Guajira y en
general en el pueblo zuliano, la cultura y el mundo académico del país está de
luto. Al clan Ja'yaliyuu, mis respetos y palabras
de pesar por la perdida de este prohombre.
Nemesio, vuela alto seguro te encontraras con
Maleiwa, quien te llevará el encuentro con tus antepasados en el Jepirá, para volver
a ser gente de sol, la arena y el viento,
Puerto Ordaz, 28 de abril del 2921
MILTON R. ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX