EL
PUEBLO GUAJIRO Y SU CULTURA, Parte
2
El pueblo guajiro ha
permanecido en el tiempo, básicamente, por no solo haber transmitido, sino
también practicado sus valores, conocimientos, costumbres y actividades de
generación en generación. Dentro de sus costumbres me voy a referir en esta
entrega a una muy particular: a la muerte del guajiro por hechos naturales y su
primer velorio.
Para el hombre común
la muerte puede llegar en cualquier momento; sin embargo lo más normal es
esperar que esta se produzca cuando se
han vivido todas las etapas de la vida; lo cual debe supuestamente generar un
gran dolor para sus deudos. Para el guajiro es muy importante su velorio y
dicen que todo lo que trabajan en la vida
es para este ritual. La muerte por hechos naturales de uno de sus integrantes es una forma muy propia
de celebrar la vida; por tal motivo, el acto velatorio de sus parientes es una
celebración no solamente física, sino un acto social y cultural donde se
cumplen ciertos rituales fúnebres. Ellos
realizan dos entierros o velorios; el primero cundo la persona muere y el segundo o definitivo, el realizado pasado un cierto tiempo (años),
del primer velorio.
El guajiro cree en el
más allá y en los muertos; esta creencia ejerce una regulación sobre sus vidas;
lo que los muertos trasmitan a través de sus sueños o Laapüt es algo mandatorio que no tiene apelación; lo
que requieran y digan se debe hacer sin ningún
cuestionamiento; lo que pidan debe ser ejecutado; también debe aceptarse lo que
los muertos comuniquen respecto a la aplicación de sanciones (individuales o
sociales), prescripciones, prohibiciones y la forma como deben comportarse y
actuar las personas de su clan. Cuando uno se desplaza de Sinamaica hacia
Paraguaipoa, normalmente ve casas con un banderín rojo, eso significa: “un
sueño” Igualmente de repente se observa
una casa de bloques, aparentemente en
buenas condiciones pero sin el techo:
también “un sueño”, que por su
cumplimiento, sus habitantes la dejan,
se mudan y le quitan el techo.
Dicen los wayúu que
el alma es parte de la persona; pero que ésta se separa del cuerpo en forma temporal
durante los sueños o en las enfermedades, y al morir lo hace definitivamente; y la definen como un copo de algodón blanco o
como el
humo; pero que nadie la puede ver. Y cuando la persona muere, su alma
viaja hacia Jepira en la Alta Guajira (Cabo de la Vela), donde se reúnen las
almas con las de sus familiares
fallecidos y también con la de sus
animales muertos.
Los diferentes Clanes
tienen sus propios cementerios para entierrar a su familia; donde además se
reúnen con regularidad para celebrar todos (vivos y muertos), fechas
importantes, como por ejemplo: el día de las madres, del padre, cumpleaños,
etc.
El ritual que
normalmente se celebra al fallecer un guajiro, (primer velorio), sin importar
la condición económica del fallecido (por hechos naturales), es el siguiente: el
velorio (alapajaa), el entierro (ojo´itaa) y el
post entierro (süchiki ojoïtaa aamakaa).
El
Velorio: una vez que la persona muere, se notifica a todos los
familiares y amigos; el cadáver se deja en completo reposo por unos treinta a
sesenta minutos, para que la persona muerta pueda acomodar la ropa y pertenecías
que se va a llevar durante el viaje; y para que su alma no se quede penando en
la casa (La familia toma la ropa del difunto y la coloca en una mochila que
cuelgan en el techo de la casa). Acto seguido, se procede a “embalsamar el
cadáver”, se le introduce en el estómago un litro de aguardiente (Chirrinche*,
ron o whisky), con el objeto de retardar la descomposición del cadáver.
Ahora la familia (los más cercanos),
bañan con abundante agua y jabón al cadáver y lo visten con la mejor ropa que
tenga el difunto: “es un acto de amor”, porque lo querían mucho.
Se preparan para
recibir a la familia y a los amigos que asisten al velorio; reservan puestos
especiales para las personas importantes
que asistan, igual asignan los sitios donde colgarán sus chinchorros. Se
observará lo que denominan ellos “Lloro colectivo”, normalmente lo hacen las
mujeres (plañideras), quienes cubren su
cara con un pañuelo negro y normalmente lo hacen en forma intermitente y continúa por unos tres o cuatro minutos. Se dice que
mediante este “llanto”, se establece una conversación entre las personas y el
muerto; donde hacen referencia a hechos de la vida del difunto.
Durante todo el
velorio se ofrece gran cantidad de comida (Carne cocida, licor y cigarros); la carne es la de los animales
que pertenecían al difunto (no dan carne de cochino ni de gallina). Los familiares
más cercanos no comen de esa carne, pues creen que estarían comiendo el
cuerpo y el alma del difunto.
Minutos antes de la
hora de sacar de la casa el cadáver para
su entierro, se acostumbra a pasar por encima del muerto los niños; para que
esos infantes no mueran a corta edad por
enfermedades, o también para evitar que
el muerto se lleve sus almas.
Una vez que el
difunto se encuentra fuera de la casa y se disponen dirigirse al cementerio, un
familiar cercano desenfunda un arma y
efectúa dos disparos, para despedirlo de
lo que fue su casa y para avisar a la comunidad que están saliendo para el
cementerio.
El
entierro: ya en el cementerio, propio de ese clan al que
pertenece, asiste mucha gente; se entierra
al muerto en una bóveda previamente preparada para tal fin; se hacen nuevamente
unos disparos para despedir al difunto y
anunciar a los asistentes que ya se enterró el cadáver. Las mujeres nuevamente
lloran (lloro colectivo). Se reparte
nuevamente mucha comida y licor: Con anterioridad se ha preparado una especie de Polígono y los
asistentes sacan cualquier cantidad de
armas (cortas y largas), armas especiales, antiguas, etc., y empieza una “demostración” de poder, de destrezas
en su uso, manejo y acierto en el disparo
de las mismas; esto les daba una especie de prestigio social, acto muy
importante para estos grupos indígenas. Aunque otros dicen que lo hacen para alejar
los malos espíritus. La Familia del difunto reparte esta vez, trozos de carne
cruda y animales vivos (ovejos y chivos), a los asistentes al entierro a manera
de compensación por las lágrimas derramadas durante el velorio-entierro
(tributo de lágrimas).
El
Post entierro: para alumbrar el muerto y alejarlo de la
oscuridad, se enciende durante un mes una fogata en el cementerio. La familia
cercana, específicamente las mujeres se levantan a las primeras horas del día a
llorar, para recordar la pérdida de este familiar lo hacen por un mes. Igualmente, esta familia,
la noche después del entierro, en horas de la madrugada, toman un baño
colectivo (baño de familia), para evitar la muerte.de otro miembro del clan.
Aquellos familiares
cercanos al Clan, que por motivos ajenos a su voluntad, no pudieron asistir al
velorio-entierro; lo pueden hacen días después; primero van al cementerio y
lloran sobre la tumba del muerto y posteriormente van a donde vivía y lloran
sobre alguna de sus pertenencias: Así reparan su falta y lo más importante, no
es considerada su falta una afrenta a los deberes de solidaridad y
reciprocidad.
Asistí a varios
velorios de indígenas (de diferentes condiciones económicas). Pero en particular quiero referirme a uno: En una
oportunidad venía de Guarero hacia Paraguaipoa con mi amigo Genaro Vásquez,
quien me dijo en aquel caserío hay un anciano que está muy mal de salud y la
familia (bastante humilde), está preparándose para el velorio; sería bueno que
lo visitemos. Le dije vamos. Visitamos al anciano, su familia súper agradecida
de que una autoridad los hubiese visitado y le hubiese dado las palabras de
sentimiento y de resignación por ese hecho tan doloroso para ellos. Nos
mostraron parte de los preparativos que
tenían para el acto velatorio, en el corral ya tenían reunidos unos ochenta
ovejos y unos treinta chivos, suficiente
aguardiente (Chirrinche y ron), y alimentos secos almacenados. A la muerte del
anciano, me llegó la información y fui a acompañarlos, donde todo se cumplió tal
cual como lo he relatado y como lo hacían los más favorecidos económicamente.
*
CHIRRINCHE: Aguardiente blanco derivado
de la caña de azúcar. Su destilado se
hace en forma artesanal por los indígenas wayúu. En Alitasía, tuve el gusto y
el placer, de degustar lo que la familia palmar denominaba: COQUINCHE. Esto era
lo siguiente, ellos le abren un hueco pequeño al coco y le sacan el agua, lo
llenan de Chirrinche, le tapan el hueco y lo entierran por varios días: Se toma
seco y en dosis pequeñas.