RECUERDOS DE MIS ANDANZAS DE SUB TENIENTE
Tiempo atrás hablaba con mi
cuñado Orlando, y le preguntaba: Tu eres de Valle de la Pascua? de inmediato me
contestó: nacido y criado allá; después le dije: tu conoces el pueblo de El
Socorro? me dijo claro que si, ese pueblo era vecino al nuestro, y de allí era el
difunto Williams Lara. Ahora viene la
pregunta de Oro: Tu sabías que la gente de ese pueblo se alzó a principios de
los años 70 y tuvo que ser tomado el pueblo militarmente por el Ejército? La repuesta
fue; No , nada .
Ayer cuando escribía sobre
la Urbanización Las Mercedes de la Gran Caracas, vino a mi memoria un recuerdo
de una de las tantas “anécdotas” que
tengo de la Vida Militar: Era quizás en el verano del año 1972; y digo verano
porque todas las noches tomaba candela, a veces espontánea y otras provocada
por cazadores furtivos, el Cerro de los
Morros; y a los Sub Tenientes que vivíamos en el Fuerte Conopoima, ubicado a la
entrada de San Juan de los Morros, nos levantaban y junto con Soldados del
Grupo de Caballería Blindado Plaza Nº.1, y/o del Batallón de Cazadores Páez Nº,
71; nos mandaban a apagar estos
incendios forestales. De ese cerro se bajaba en horas de la madrugada, todos
tiznados y cansados a prepararse para iniciar el nuevo día, el trabajo diario a
las cinco de la mañana.
Por tal motivo y debido a lo
seguido del problemita de los incendios; para nosotros, los Oficiales menos
antiguos y que teníamos vehículo particular, era casi una obligación salir del
Cuartel en las primeras horas de la noche y regresar a golpe de las once de la
noche. Ese día salí a visitar unas amigas y regrese a eso de las diez de la
noche, me acosté y al rato tocaron insistentemente a mi habitación, era cerca
de la una de la madrugada; pensé: a apagar candela se ha dicho; pero contesté:
“No tengo Servicio Nocturno”, por ser la hora de levantarse el Tercer Turno. EL
Soldado que estaba tocando me dijo: “Lo está llamando mi Capitán, y están
levantando a todo el personal del Escuadrón”. Me uniformé y fui hasta donde se
encontraba mi Comandante de Escuadrón. Me dijo: aliste su Tropa y sus vehículos, que salimos dentro
de media hora. Los otros Comandantes de Pelotón estaban igual que yo. Más nada. Muchas cosas pasaron por mi mente,
pero no tenía ni idea de lo que estaba pasando.
Como a las dos de la mañana
estábamos saliendo del Fuerte Conopoima vía los Llanos: un Escuadrón de
Caballería del Grupo Plaza Nº.1, en vehículos blindados V-100 y una Compañía de
Soldados Cazadores del Batallón de Cazadores Páez Nº. 71; esta Unidad estaba al
mando del Coronel Pedro Delgado Orá, Jefe del Estado Mayor de la 1ra, División
de Caballería, a él, en ese improvisado Comando, lo acompañaban otro Oficiales
Superiores de la Gran Unidad. Para nosotros todavía seguía siendo una incógnita cual era la Misión a cumplir. A
eso de las seis de la mañana se paro la columna de vehículos a un lado de la
carretera y estábamos muy cerca a la
entrada de un pueblo. Allí es cuando nos dicen que la población de El Socorro
estaba alzada, que habían tomado la entrada al pueblo y no dejaban que nadie
entrara ni saliera del mismo; por unos problemas con el servicio público.. Que nuestra Misión era retomar la autoridad
en este poblado.
La población había buscado
enormes piedras (no se de donde las sacaron, pues en el llano no hay piedras de
esos tamaños), al igual que carros viejos, palos y otros objetos y los habían
atravesado en la primer entrada del pueblo, y ellos se encontraban aglomerados
detrás de esos parapetos, El Coronel Delgado junto con su Comando fueron a tratar
de dialogar con ellos y el resultado fue
negativo. Se les avisó que seria empleada la Tropa si ellos no deponían su
actitud, se les dio un plazo de tiempo y ellos continuaban allí como si nada.
A eso de las siete de la
mañana nos dieron la Orden de avanzar. Los Soldados Cazadores lo hacían a los lados de los V-100, despejando la vía de
los parapetos que habían colocado; y así llegamos hasta la Prefectura del
pueblo frente a la Plaza, donde instalamos
una especie de Gobierno Militar, ahora el pueblo estaba bajo nuestras
ordenes. Patrullaje, alcabalas, pases, ordenes, etc.
El Socorro era un pequeño
pueblo ubicado a muy pocos kilómetro de la Ciudad de Valle de la Pascua, Estado
Guárico, a la margen derecha de la carretera que va de Valle de la Pascua a Pariaguan,
con solo dos entradas, una en el Este y otra en el Oeste. Con una calle
principal y muy pocas transversales. Estas vías se encontraban en el último
estado, con huecos de todos calibres, la luz eléctrica se iba y venía cuando le
parecía, algo similar ocurría con el agua para el consumo humano. En resumen
sobrada razón tenían los moradores del pueblo, de haberse revelado, cansados de
promesas y más promesas incumplidas por parte de los gobernantes de turno. Hubo conversación
con el Gobernador del Estado y otros
entes del gobierno central, quienes una vez más les prometieron y creo que en
algo se les cumplió a esta gente que con sobrada valentía exigían una mínima
atención a sus problemas.
Nosotros pasamos allí en ese
pintoresco pueblo llanero, varios días creo que una semana. Al segundo día con
los patrullajes, casi los que nos íbamos
a alzar éramos nosotros, Era mejor hacer el patrullaje a pie que en vehículo, por el mal estado en
que se encontraban las calles.
Por eso le decía a mi Cuñado
que yo había estado en las actuaciones
llevadas a cabo para reponer el orden en el último pueblo (EL SOCORRO) que se
había alzado en Venezuela, - si la
memoria no me falla - antes de lo del Caracazo.
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