miércoles, 9 de mayo de 2012


RECUERDOS DE MIS ANDANZAS DE SUB TENIENTE
Tiempo atrás hablaba con mi cuñado Orlando, y le preguntaba: Tu eres de Valle de la Pascua? de inmediato me contestó: nacido y criado allá; después le dije: tu conoces el pueblo de El Socorro? me dijo claro que si, ese pueblo era vecino al nuestro, y de allí era el difunto Williams Lara.  Ahora viene la pregunta de Oro: Tu sabías que la gente de ese pueblo se alzó a principios de los años 70 y tuvo que ser tomado el pueblo militarmente por el Ejército? La repuesta fue; No , nada .
Ayer cuando escribía sobre la Urbanización Las Mercedes de la Gran Caracas, vino a mi memoria un recuerdo de  una de las tantas “anécdotas” que tengo de la Vida Militar: Era quizás en el verano del año 1972; y digo verano porque todas las noches tomaba candela, a veces espontánea y otras provocada por cazadores furtivos,  el Cerro de los Morros; y a los Sub Tenientes que vivíamos en el Fuerte Conopoima, ubicado a la entrada de San Juan de los Morros, nos levantaban y junto con Soldados del Grupo de Caballería Blindado Plaza Nº.1, y/o del Batallón de Cazadores Páez Nº, 71;  nos mandaban a apagar estos incendios forestales. De ese cerro se bajaba en horas de la madrugada, todos tiznados y cansados a prepararse para iniciar el nuevo día, el trabajo diario a las cinco de la mañana.
Por tal motivo y debido a lo seguido del problemita de los incendios; para nosotros, los Oficiales menos antiguos y que teníamos vehículo particular, era casi una obligación salir del Cuartel en las primeras horas de la noche y regresar a golpe de las once de la noche. Ese día salí a visitar unas amigas y regrese a eso de las diez de la noche, me acosté y al rato tocaron insistentemente a mi habitación, era cerca de la una de la madrugada; pensé: a apagar candela se ha dicho; pero contesté: “No tengo Servicio Nocturno”, por ser la hora de levantarse el Tercer Turno. EL Soldado que estaba tocando me dijo: “Lo está llamando mi Capitán, y están levantando a todo el personal del Escuadrón”. Me uniformé y fui hasta donde se encontraba mi Comandante de Escuadrón. Me dijo: aliste  su Tropa y sus vehículos, que salimos dentro de media hora. Los otros Comandantes de Pelotón estaban igual que yo.  Más nada. Muchas cosas pasaron por mi mente, pero no tenía ni idea de lo que estaba pasando.
Como a las dos de la mañana estábamos saliendo del Fuerte Conopoima vía los Llanos: un Escuadrón de Caballería del Grupo Plaza Nº.1, en vehículos blindados V-100 y una Compañía de Soldados Cazadores del Batallón de Cazadores Páez Nº. 71; esta Unidad estaba al mando del Coronel Pedro Delgado Orá, Jefe del Estado Mayor de la 1ra, División de Caballería, a él, en ese improvisado Comando, lo acompañaban otro Oficiales Superiores de la Gran Unidad. Para nosotros todavía seguía siendo  una incógnita cual era la Misión a cumplir. A eso de las seis de la mañana se paro la columna de vehículos a un lado de la carretera y estábamos muy cerca  a la entrada de un pueblo. Allí es cuando nos dicen que la población de El Socorro estaba alzada, que habían tomado la entrada al pueblo y no dejaban que nadie entrara ni saliera del mismo; por unos problemas con el servicio público..  Que nuestra Misión era retomar la autoridad en este poblado.
La población había buscado enormes piedras (no se de donde las sacaron, pues en el llano no hay piedras de esos tamaños), al igual que carros viejos, palos y otros objetos y los habían atravesado en la primer entrada del pueblo, y ellos se encontraban aglomerados detrás de esos parapetos, El Coronel Delgado junto con su Comando fueron a tratar de dialogar  con ellos y el resultado fue negativo. Se les avisó que seria empleada la Tropa si ellos no deponían su actitud, se les dio un plazo de tiempo y ellos continuaban allí como si nada.
A eso de las siete de la mañana nos dieron la Orden de avanzar. Los Soldados Cazadores  lo hacían  a los lados de los V-100, despejando la vía de los parapetos que habían colocado; y así llegamos hasta la Prefectura del pueblo frente a la Plaza, donde instalamos  una especie de Gobierno Militar, ahora el pueblo estaba bajo nuestras ordenes. Patrullaje, alcabalas, pases, ordenes, etc.
El Socorro era un pequeño pueblo ubicado a muy pocos kilómetro de la Ciudad de Valle de la Pascua, Estado Guárico, a la margen derecha de la carretera que va de Valle de la Pascua a Pariaguan, con solo dos entradas, una en el Este y otra en el Oeste. Con una calle principal y muy pocas transversales. Estas vías se encontraban en el último estado, con huecos de todos calibres, la luz eléctrica se iba y venía cuando le parecía, algo similar ocurría con el agua para el consumo humano. En resumen sobrada razón tenían los moradores del pueblo, de haberse revelado, cansados de promesas y más promesas incumplidas por parte de  los gobernantes de turno. Hubo conversación con el Gobernador  del Estado y otros entes del gobierno central, quienes una vez más les prometieron y creo que en algo se les cumplió a esta gente que con sobrada valentía exigían una mínima atención a sus problemas.
Nosotros pasamos allí en ese pintoresco pueblo llanero, varios días creo que una semana. Al segundo día con los patrullajes, casi los que  nos íbamos a alzar éramos nosotros, Era mejor hacer el patrullaje  a pie que en vehículo, por el mal estado en que se encontraban las calles.
Por eso le decía a mi Cuñado que yo había estado en  las actuaciones llevadas a cabo para reponer el orden en el último pueblo (EL SOCORRO) que se había alzado en Venezuela,  - si la memoria no me falla - antes de lo del Caracazo.

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