miércoles, 13 de abril de 2016

“EL SÍNDROME DE MI COMPADRE”

Mi compadre Freddy Simancas, (Q.E.P.D.) fue un hombre de buen corazón con soluciones fáciles y prácticas para todos los problemas que se le presentaban. Lo conocí siendo nosotros apenas unos niños, cuando nuestras madres, Tarcila la mía y Betulia la de él, quienes eran muy amigas, se reunían en la Capilla de Agua Clara (caserío, para ese momento, muy cercano a Valera, Estado Trujillo, vía Mendoza Fría), para los correspondientes arreglos que anteceden a las  misas  a oficiar. El nació y se crio en Carmania, allí estaba su casa a unos doscientos metros de la histórica casa de la  Hacienda del Padre Francisco Antonio Rosario, donde Bolívar hizo su histórico “Decreto de Guerra a Muerte” en el año 1.813. Freddy  vivía con su mamá, su abuelo Don Antonio y su tío Audón; fueron muchas e inolvidables nuestras correrías por Santa María, donde yo vivía,  por Geromito, Agua Clara y Carmania.

“Freddes” como yo le decía, siendo todavía un mocetón, se fue para Maracaibo y regresó convertido en un joven político y con unas ganas inmensas de trabajar por su comunidad; venía con una línea política asociada al Partido Social Cristiano COPEI,  donde militó y alcanzó cargos de relevancia regional. Se casó con una excelente y trabajadora mujer digna representante del pueblo de Timotes (Mérida): Mary Villarreal, de esta unión nacieron: Antonio, Sonia, Argentina y Freddy (ahijado tanto de Irvid como mío). Los padrinos de estos muchachos fueron trujillanos ampliamente conocidos  del mundo político, y por supuesto yo también. Vivía en Carvajal (Trujillo) y en el año 1986, se muda con la familia para Maracaibo.

Cuando me transfieren para el Zulia, en el año 1988, me encuentro de nuevo con mi compadre, trabajando y con muchos proyectos en mente. Constantemente me visitaba en Paraguaipoa, donde hicimos y disfrutamos de excelentes  reuniones; era buen cocinero, aprendí de él dos platos: el mojito de sardina y a aliñar los pollos para hacerlos asados tipo “Pollos de Eladio”, famosos pollos asados trujillanos. En nuestras conversaciones, siempre me decía: “ojalá que a uno de  mis compadres (los políticos), lo nombren Ministro de Relaciones Exteriores…” A mi pregunta: para qué? su repuesta era: “…para que me nombre Cónsul en Riohacha”. Le decía yo: “… Fredes… si tu de eso no sabes nada…”  y él me respondía:  “…no importa!!!!  para eso, no se necesita saber nada…”. Cuestión que siempre me causó risa y lo bauticé como “El síndrome de mi compadre”.

Mi compadre murió sorpresivamente,  se le apagó la vida aun siendo muy joven y de verdad lo extrañamos… ha hecho falta…; y a ninguno de sus compadres lo nombraron Canciller de la República…!!! 

                                                                                   Puerto Ordaz, 26 de Marzo del 2016

MILTON R. ABREU A.

Coronel Ejército Siglo XX

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