DICTADURA FORMA AUTOCRATICA Y
ANTIDEMOCRATICA DE GOBIERNO
Son tus cartas mi esperanza
mis temores, mi alegría
y aunque sean tonterías
escríbeme, escríbeme.
Tu silencio me acongoja
me preocupa y predispone
y aunque sea con borrones
escríbeme, escríbeme
Me hacen más falta tus cartas
que la misma vida mía
lo mejor morir sería
si algún día me olvidaras
Cuando llegan a mis manos
su lectura me conmueve
y aunque sean malas nuevas
escríbeme, escríbeme…
Son muchas las
definiciones sobre la palabra “DICTADURA”, sin embargo voy a tomar la de la
Real Academia Española (RAE): “Régimen político, que por la fuerza
o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u
organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”.
Comienzo este
comentario con la letra de un hermosa canción: “ Escríbeme “, escrita entre
Guasina y Sacupana, en Octubre del año 1952, por un venezolano
ejemplar y que su único pecado fue ser “adeco”. Guillermo Castillo Bustamante,
insigne caraqueño nacido en el 1910, poeta, compositor y un virtuoso interprete
del piano; compuso unas 300 canciones; siendo ésta una de las más conocidas; la
impuso Alfredo Sadel (El Tenor favorito de Venezuela), quien en un verdadero
reto al gobierno de turno la interpretó en el Show de Víctor Saume, programa
que se transmitía en Radio Caracas Televisión en horas del mediodía.
Guasina es una isla de unos 8 kmts.
de largo ubicada en el delta del Río Orinoco; la bordean los caños de Boca
Grande, al Norte y Sacupana del Remanso, al Sur. En esta inhóspita isla
funcionó una prisión en el año 1939, que fue clausurada en el 1943
y convertida en Campo de Concentración para inmigrantes
indocumentados en el 1949. Posteriormente en 1951 fue transformada
para internar en esas malogradas instalaciones a dirigentes y partidarios de
los partidos políticos de oposición al régimen de turno, específicamente de los
Partidos Acción Democrática (AD) y el Partido Comunista de Venezuela
(PCV). A esta isla, a este Campo de Concentración,
arribó en el Vapor Guayana, Guillermo Castillo junto a unos 400 presos políticos
el 25 de Julio del 1952, donde cumplirían trabajos forzados. Esta cárcel
funcionó escasamente unos 5 meses, hasta el 15 de diciembre del 1952, cuando el
Río Orinoco la inundó y los presos que se salvaron fueron
trasladados a la Cárcel de Ciudad Bolívar.
Se dice que la
historia de “Escríbeme” nace cuando Guillermo deja de recibir cartas de su hija
Norma Inés y le dedica la canción por
ser ella el contacto con su mamá Inés Pacheco, quien también se encontraba
presa en la Cárcel de San Carlos en el Estado Cojedes. Este bolero se convirtió
en el “himno de los presos políticos” que abarrotaban las diferentes cárceles
durante la dictadura de Pérez Jiménez.
De muy
niño vivíamos en una casa muy grande que era de mi mamá Tarcila, que
se llamaba “La Siempreviva”, ubicada en Santa María, a unos cinco
Kmts. de Valera, en el Estado Trujillo, a orillas de la carretera vieja que
comunicaba de Valera con Mendoza Fría. Allí habían unos solares grandes
rodeados de matas de guayaba, donde yo me la pasaba montado todo el
día; creo haber comido más guayabas que un “faro” (Faro le dicen allá en Valera
a los Rabipelados). Al frente de nuestra casa estaba la de mi madrina “Doña
Ángela”, madre de mi padrino el Dr. José Antonio Espinoza Lares, eminente
profesional del Derecho y afamado político por el partido Acción Democrática
(llegó a ser Diputado por el Estado Trujillo y firmante de la Constitución del
año 1961).
Tengo recuerdos, cuando con apenas
unos cinco años, veía cuando llegaba mi padrino a visitar a su mamá y de
repente se aparecían dos o tres carros de la Seguridad Nacional
con unos elementos con armas cortas y largas a quienes el pueblo les
decía esbirros y en esa búsqueda del adeco, tomaban por el cabello,
a los niños que se les atravesaran y le empezaban a hacer preguntas
sobre el personaje requerido. Más de una vez vi cuando mi padrino se escondía
en una alcantarilla que estaba en uno de nuestros solares. Igual recuerdo las
historias maléficas de lo que los “esbirros” le hacían a los detenidos.
También vi, ya a
los siete años, como la gente de Valera destrozó y quemó las instalaciones
donde funcionaba la Seguridad Nacional, frente al Comedor Popular, en la ciudad
de “Las siete Colinas”, el día (23 de
enero del 1958 a las dos de la madrugada), que el dictador salió huyendo del
país en “la vaca sagrada” (apodo puesto al avión presidencial), con rumbo a
Santo Domingo, República Dominicana y que significo: “la caída de la dictadura”
Muchos años después de la caída de la Dictadura de
Pérez Jiménez, son muchos quienes reconocen las obras civiles que
realizó , las cuales deberían ser lo normal que ocurriera en todo gobierno, ya
que es su obligación; pero las DICTADURAS cometen todo tipo de abusos y
violaciones, y esa permitió que un funcionario de su gobierno, “su mano
derecha” Pedro de Alcántara Estrada Albornoz, (A) “El Chacal de
Guiria”, Director de la Seguridad Nacional, policía política de régimen,
hiciera lo que le daba la gana bajo el supuesto de “ablandar a los alzados”. Policía
sanguinario, sin ningún tipo de escrúpulo, que ordenaba asesinar y torturar a
todo lo que le oliese a oposición, y que se jactaba de decir: “Yo respeto a Dios,
pero que no se meta conmigo porque lo meto preso” o esta otra: “Si limpio el
camino del General trabajará sin problemas por Venezuela”. Que tenía placeres
sádicos en aquellos actos de tortura que ordenaba ejecutar a los detenidos
como: pararlos sobre panelas de hielo o en el temido ring de orillas
afiladas, o propinarles bestiales palizas, etc. en fin sembraron pánico y terror
en todo el territorio nacional.
Mis inocentes
preguntas:
- Será
que “el dictador”, piensa que va a durar en sus andanzas toda la vida?
- Será
que el hecho de estar en el poder le da a “los dictadores” autorización para
violar descaradamente los Derechos Humanos”
- Será
que “los dictadores” desconocen o hacen caso omiso a la historia de los
pueblos?
- Será
que “los dictadores”, no creen en la Justicia humana ni en la
divina???
Puerto Ordaz, 08 de
Julio del 2018
MILTON R. ANREU A.
Coronel Ejército Siglo XX
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