jueves, 12 de marzo de 2020

BACHAQUEO DE COMBUSTIBLE


BACHAQUEO DE COMBUSTIBLE
 El diccionario de la Lengua Española, define la palabra BACHACO de la manera siguiente: “m. Venezuela. Hormiga grande y voraz de los formícidos, de color rojizo y a veces negro según la especie”
 En las expresiones cotidianas utilizadas por los habitantes de nuestro querido país, han aparecido unos nuevos “venezolanismos”, y que tienen relación con el insecto arriba mencionado, a saber:
 BACHAQUEO: comprar productos o bienes subsidiados y venderlos a mayor precio en el país o en países vecinos, donde el diferencial cambiario hace altamente lucrativa esta actividad
 BACHAQUERO (S): se le dice a la persona (s) que se dedica (n), a ejercer la actividad del Bachaqueo.
Este fenómeno lo veníamos observando y viviendo a lo largo de todo el país sobretodo con los productos de la dieta básica, de mantenimiento y de aseo personal; después incorporaron las medicinas y productos de uso médico (pero en la modalidad de traerlos del exterior); y en los estados fronterizos el Bachaqueo de combustible y lubricantes.
Aunque no tiene nada que ver lo que voy a escribir a continuación con lo del Bachaqueo, quiero dejar en el escrito, parte del Reporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), publicado los primeros días del mes de Diciembre del 1918, titulado: “Crimen y violencia: un obstáculo para el desarrollo de América Latina y el Caribe”; en este texto aparece Ciudad Guayana en el puesto número 9 entre las cincuenta ciudades más violentas del mundo con 80,28 homicidios por 100.000 habitantes.
Es indiscutible que este “sistema de gobernar” de los de turno; ha cambiado la forma de vivir del venezolano. Ahora somos otros: pensamos y actuamos  de manera diferente; sobrevivimos en medio de estrecheces y dificultades de todo tipo. En fin, nos hemos transformado, hemos pasado de ser: activos, valerosos, laboriosos, ingeniosos, de palabra, etc. a ser, simplemente, unos conformistas cuya única solución al gran problema que estamos padeciendo es, al parecer,  “la diáspora”.
Por esto me voy a referir, nuevamente,  al GRAVE problema por la desdicha que estamos viviendo los habitantes de Ciudad Guayana y otras poblaciones del Estado Bolívar, con el suministro de combustible automotor. Esta gran ciudad conformada por Puerto Ordaz y San Félix dispone para surtir de combustible a su parque automotor de 30 Estaciones de Servicio, además de ellas en la Base Aérea Teófilo Luis Méndez ubicada en el Aeropuerto Internacional Manuel Carlos Piar, de la ciudad se equipa al transporte público. No se a ciencia cierta  es el número de vehículos que conforman el parque automotor de esta otrora bella ciudad.
Actualmente a los vehículos se le surte de combustible, (en unas bombas 40 litros y en otras 30 solamente), dos días a la semana de acuerdo con el número terminal de su placa. Frente y/o alrededor de cada Estación de Servicio se apilonan diariamente  entre 500 ó 600 vehículos en cuatro columnas; una a los que les corresponde ese día; una segunda los que están en espera del ticket para equipar al día siguiente; la tercera para esperar el turno del día siguiente cuando se repartirá el ticket (Estos vehículos permanecen en las colas: día y noche). Y una cuarta cola de pocos vehículos (esta cola si camina), esta normalmente se encuentra en la avenida o calle cercana a la bomba y allí están los que “negocian”.
Esto de “negocian”, es porque existen los llamados ·cupos”, es para equipar en forma express y full tanque (sin hacer cola), se paga en un promedio de 600 mil bolívares: los Colectivos tienen su cupo, igual Los Guardias Nacionales, la Policía (si hay allí estos efectivos), y hasta los bomberos (trabajadores que expenden el combustible), tienen su cupo. Hay una bomba en Castillito donde ”los cupos” son controlados por una señora que su negocio (fachada), es vender café a la gente que está en las colas. Si una persona le reclama a un Guardia Nacional por esta anormalidad-delito, el efectivo sin ningún empacho dice: “…es que tengo que completar la cuota de mi Comandante”.
No es otra cosa que toda una ciudad metida en una interminable cola, Ante la pregunta: ¿Y el pueblo por qué no hace nada? La repuesta es muy sencilla: gran parte de esa gente ya ha tomado eso de equipar su vehículo de combustible como un “TRABAJO”, muchos de ellos se han transformado en “Bachaqueros del combustible”. Pasan tres días de la semana en una cola, equipan, venden ese combustible a UN DÓLAR US el litro y se están ganando 30 ó 40 dólares por semana que ningún trabajo legal y honesto se los va a pagar.
Ahora mis preguntas:
-  Qué sentirá el Primer Mandatario Regional, al tener la principal ciudad de su Estado en estas condiciones: 9no. Puesto en el Mundo como la ciudad violenta y adornada con un total descontrol en el abastecimiento de ese vital líquido, (dos cositas nada más para no entrar en otros detalles). Podrá dormir tranquilo? Podrá pararse frente a un espejo? Podrá decir mañana a su familia: yo fui Gobernador del Estado Bolívar?...
-   Dónde queda aquello que alguien dijera: ¡El venezolano es del tamaño que se le presente el compromiso!
-    O lo que dijera por el año 1870 el entonces Presidente de la República Antonio Guzmán Blanco: “Venezuela es un cuero seco, que se pisa por un lado y se levanta por el otro”.
Ante este claro estado de indefensión, al cual no le veo, al menos con esta gente, una salida clara y en beneficio del pueblo; no me queda otra cosa que pedir al Presidente de la Academia Venezolana de la lengua tome esas “nuevas” palabras y expresiones que han surgido de esta calamitosa situación y solicite su inclusión como “venezolanismos” en la Real Academia Española.
Puerto Ordaz, 24 de Enero del 2020

MILTON R. ABREU A. 
Coronel Ejército Siglo XX

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