miércoles, 23 de febrero de 2022

LOS SUPERSONICOS Y LAS VIDEO LLAMADAS

 

LOS SUPERSONICOS Y LAS VIDEO-LLAMADAS

De esas buenas cosas que nos ha tocado vivir y del cual somos testigos, fue la llegada a nuestro querido país de la televisión. Esta se hizo presente cuando el General Marcos Pérez Jiménez, presidente de la República, inaugurara  la Televisora Nacional, el 22 de noviembre del 1952. Sin embargo, la señal de esta y las posteriores televisoras fundadas en la capital, era muy local. Los maracuchos fundaron Ondas del Lago Tv y los valencianos Radio Valencia Televisión,  llamada luego Tele Trece. Para el resto de los venezolanos, aquello de la televisión era como un cuento del que se oía hablar en las emisoras de radio o a las personas que tenían la suerte de viajar a esas ciudades donde ya existía ese medio de comunicación.  El primer televisor en blanco y negro que vi, allá en mi querida Santa María (Valera Edo. Trujillo), fue uno que llevó mi padrino el Dr. Antonio Espinoza Lares, a casa de su mamá Doña Ángela,  a mediados del año 1963, y digo que vi el aparato porque la señal era muy mala; algo se lograba ver después de cargar la antena por toda la casa, para buscar la señal.

Para el 1964, me mandan a estudiar a Cagua, estado Aragua, a casa de mi querida tía “Conchita” Arismendi, quien vivía  con su esposo el recordado y muy estimado Francisco Barrios y sus cuatro hijos, mis primos hermanos: Diego Ramón, Francisco Antonio, Leonor Coromoto y  María Conchetina. Ellos ya tenían un televisor en blanco y negro de 19”. Cómo disfruté  de los programas de la televisión!!! pero sobretodo  los días sábados de las películas de Walt Disney y   la “lucha libre” y los domingos,  las comiquitas: los Pica Piedra, el Capitán Marte y el XL5,  Los Supersónicos, etc. De esta última serie animada que fue una genial creación de los futuristas William Hanna y Joseph Barbera, en el 1962, me asombraba el hecho de ver como la familia Sónico, se comunicaba entre ellos por medio de “video llamadas”, era algo imposible de creer. Bueno era una comiquita.

El domingo pasado, sentado en la casa hablé con mis dos hijas: Milvid en los Estados Unidos y Cristina en Italia, mediante una video-llamada, ambas hechas a través de mi teléfono celular; les puedo asegurar que cada vez que lo hago me siento como el señor Sónico hablando con Ultra y/o Lucero o Cometin.

Por esas casualidades de la vida ese mismo día me llegó, por las redes sociales, un artículo donde hacían un comentario del capítulo VIII (In the room), de la 5ta. Temporada de la serie de televisión “This is us”; se referían a parte de la vida y obra del ingeniero indio Nassir Ahmed, quien en la década de los años 70, descubrió un algoritmo que  permitiría comprimir  archivos de videos e imágenes y se podrían  transferir  a otro destino en forma digital; esta tecnología se llamaría: “Transducción de coseno discreta” (DCT). Mi curiosidad me obligó a seguir investigando sobre el particular.

La Enciclopedia libre Wikipedia define esto como: “La transformada de coseno discreta expresa una secuencia finita de varios puntos como resultado de la suma de distintas señales sinusoidales (con distintas frecuencias y amplitudes). Como la transformada discreta de Fourier (abreviada, DFT) la DCT trabaja con una serie de números finitos, pero mientras la DCT solo trabaja con cosenos la DFT lo hace con exponenciales complejos”. Y cuya definición formal se traduce en esta fórmula matemática:


De inmediato pensé e imaginé lo que diría un mal encarado maracucho “…vergación al fin le encontraron utilidad al coseno”; pero mi mente voló en el tiempo y aterricé en el año 1971, de Cadete nuevo, en un aula de clases en la Escuela Militar de Venezuela, donde nuestro profesor era el angostureño  Boris Lino Bossio Vivas, sabio, excelente profesor de matemáticas y buena gente, nos explicaba aquello de las Funciones Trigonométricas y nos decía que el coseno “ era la razón entre la longitud del cateto adyacente dividido entre la longitud de la hipotenusa…”.

A Nassir Ahmed, científico nacido en el año 1940, en Bangalore, India, ingeniero eléctrico e informático; quien hoy a sus 82 años de edad vive en Argentina con su esposa Socorro Esther del Valle Pariente “Quelita”, de nacionalidad argentina, desconocido por la mayoría de los habitantes de este planeta, le debemos que hoy podamos comunicarnos como lo hacían Los Supersónicos en los años sesenta. La humanidad entera está en deuda con este señor, sólo nos queda pedirle a Dios nuestro Señor le de mucha salud, para que los años que le quedan de vida los pase de la mejor manera al lado de su querida esposa “Quelita”. Y a nuestro profesor Boris Bossio, nuestro agradecimiento por sus enseñanzas y que el Todopoderoso le dé el descanso eterno a su alma.

Como decía el periodista Oscar Yánez: “ASI SON LAS COSAS”

Puerto Ordaz, 22 de febrero del 2021

 

 

MILTON R. ABREU A. 

Coronel Ejército Siglo XX

 

 

 

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