CURIOSIDADES VENEZOLANAS: EL RIO SAN JUAN
A mediados del año 1973, en mi tercer año de servicio, era plaza del Grupo
de Caballería Ambrosio Plaza, con sede en San Juan de los Morros, Estado
Guárico y luego fui transferido para el Batallón de Cazadores “Francisco Carvajal”,
con sede en Maturín, Estado Monagas; por cierto en reemplazo de mi compañero y
amigo Virgilio Estanga Requena. Ya estando en mi nuevo destino, un fin de
semana me fui a conocer Caripito, un pintoresco pueblo bastante cercano a Maturín,
a orillas del caudaloso rio San Juan; allí pude notar que existía en su margen
derecha un embarcadero que lleva por nombre “Puerto Caripito*”, donde estaba
atracado un gigantesco buque que aparentemente cargaba petróleo.
* Puerto Caripito: Fue construido
como puerto de aguas profundas sobre el Río San Juan entre el año de 1929 y
1930, por la Standard Oíl Company; el 15 de octubre de 1930 entró en funcionamiento, cuando zarpó
de dicho puerto el buque “Creole Bueno” cargado con 20 mil barriles de petróleo
con destino a Trinidad
Una de las tantas cosas que me hacen sentir orgulloso de haber sido formado
como profesional y trabajar durante treinta años en el Ejército Venezolano, es que me permitió
conocer a todo el territorio de mi querido país. Para mi cada rincón visitado por
cuestiones del servicio o por turismo,
siempre representó una experiencia
inolvidable; como olvidar por ejemplo pernoctar en: Castilletes (Estado Zulia),
al lado del Hito 1 donde nace Venezuela; en Puerto Páez (Estado Apure) donde se
une el Rio Meta con el Orinoco; en el Monte Roraima (Estado Bolívar), en el
Trifinio donde convergen las fronteras de Venezuela, Guyana y Brasil; en Canaima
, con su majestuoso Salto Angel, la caída de agua más alta del mundo, etc.
Venezuela, nuestro muy maltratado país, tiene extensas llanuras, selvas,
montañas nevadas, costas sobre el Mar Caribe y el Océano Atlántico, majestuosos
ríos como El Orinoco, el Apure, el Caroní, el Caura, el Cinaruco, el Arauca,
etc.; en fin sitios de increíble belleza y muchos aún
desconocidos por la mayoría de sus habitantes.
Ahora me voy a referir a uno en particular, que estoy seguro les va a
llamar la atención. Se trata del río San
Juan, ésta importante corriente natural de agua, nace en el nor-este del
Estado Monagas, se forma con las aguas de
los ríos Guarapiche y Caripe, con una longitud de 108
kilómetros hasta su desembocadura en la Barra de Maturín, en el Golfo de Paria,
Océano Atlántico; además a lo largo de su extensión, sirve de límite entre los
estados Monagas y Sucre.
Dejé de mencionar en el penúltimo párrafo, ex profeso, al Rio San Juan, por
ser del que estamos hablando y porque, a pesar de su corta extensión, es la
segunda ruta fluvial, después del Orinoco y que en la práctica ha soportado la
navegación de buques que sobrepasaron las ochenta (80) mil toneladas de peso
bruto, En la Hidrografía universal figura este rio como uno de esos pocos casos, en que se ve afectado por las
mareas.
Wikipedia, “la Enciclopedia libre”
describe este evento de la siguiente manera:
“…Es un
evento realmente excepcional. Al acercarse la puesta del sol, toda el agua del
río es succionada junto a las olas y el mismo se queda completamente seco
durante ocho horas. Esto se debe a que la marea dura cuatro horas entrando e
igual tiempo saliendo. Durante estos periodos diarios de río seco es increíble
la variedad de animales extraños que es posible encontrar. Animales que se han
adaptado para vivir en este indeciso ambiente, como peces que se entierran
esperando la vuelta del agua para evitar a los pequeños depredadores que se
aprovechan de las horas secas del río para encontrarse la cena”.
Días atrás hablé sobre este tema con mi compañero y mejor amigo Juan Luis
Vicente, caripiteño de “pura cepa” y él con su sabia y pausada forma de
conversar rememoraba su infancia en su terruño; me contaba que sus habitantes
tenían una vasta cultura petrolera y una férrea devoción a su patrono el Sagrado Corazón de Jesús. Me decía que
recuerda que el cauce de ese río permitía la entrada a gigantescos buques
petroleros, los cuales llegaban por el día a cargar petróleo, pasaban la noche
en Puerto Caripito, pues el agua, literalmente, desaparecía y estos monstruos
marinos quedaban varados y pegados del lecho del rio por unas cuatro horas, mientras aparecía
nuevamente el agua para poder zarpar hacia el Océano Atlántico. Este fenómeno lo
originaba el sistema de mareas de las aguas del Golfo de Paria.
Después de ese relato y mi posterior investigación, no me quedó otra cosa
que pensar sobre aquella visita que hiciera hace casi cincuenta años atrás a
Caripito y acordarme de lo que me dijo una vez mi hermano Dicksón: “…no es lo
mismo ver que observar, el que ve dirige la vista a un determinado lugar y el
que observa la detiene y escudriña con detenimiento los detalles…”, pues estuve
en el sitio, vi el barco y no detallé el fenómeno causado por la marea.
Igual pensé, lo bueno que fue el Creador del Universo con nosotros los
venezolanos, al permitirnos, en este caso, que el Sol y la Luna ejercieran sus fuerzas de atracción gravitatoria sobre
las aguas de nuestro Golfo de Paria, para
que el Rio San Juan nos facilitara sacar parte del petróleo que se producía en el
oriente del país, durante un lapso de setenta y un años, desde el 1930 hasta el
2001, al principio bajo la operación de la Industria Petrolera Internacional y
sus últimos 25 de la Industria Petrolera Nacional.
Puerto Ordaz, 18 de marzo del 2022
MILTON R.
ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX
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