sábado, 2 de julio de 2022

EL CHIMO ES VENEZOLANO

 

EL CHIMO ES VENEZOLANO

Una de las cosas “buenas” que ha traído la emigración del venezolano es la internacionalización de la arepa, que ya los colombianos habían hecho su trabajo para hacerla pasar como propia y crearon su propio marketing, hasta hablan que poseen unos 75  tipos de este “manjar redondo”, Sin embargo hay investigadores  que aseguran que la arepa la heredamos de nuestros aborígenes y más específicamente de los “Cumanagotos”, cultura indígena que habitó el oriente del país; ellos  la llamaban “erepa” y era el pan de maíz con forma redonda con la que habitualmente se alimentaban.

Hoy la arepa se encuentra en cualquier parte del mundo donde se encuentre un venezolano o como dijera un maracucho: “…en toda la bolita del mundo”.

Otros de los productos que ha llevado el venezolano allende del país es el Chimó. Hoy, por ejemplo, en Chile las autoridades sanitarias de este país austral están en alerta  por el alto consumo de su gente del Chimó venezolano.

 La Enciclopedia Libre Wikipedia define el Chimó de la siguiente manera:

“El chimó o chimó llanero es tabaco de mascar curado; proviene de hojas de tabaco sometidas a un procedimiento mediante el cual se crea una jalea de consistencia similar a la pasta dental, pero de color negro o café oscuro. Es de uso tradicional en Venezuela, especialmente de los estados TáchiraMéridaTrujilloBarinasCojedesPortuguesaApureLara y Yaracuy, así como en los llanos orientales de Colombia”.

Los merideños se atribuyen el haber sido ellos los creadores de este producto, pues antes de la llegada de los españoles ya cocinaban las hojas del tabaco en las inmediaciones de la Laguna de Urao;  sin embargo los estudiosos datan su origen  entre 6.000 u 8.000 años atrás y hablan que el Chimó fue utilizado por los indígenas con fines medicinales. Hay constancias escritas que a la llegada de los españoles a estas tierras, los indígenas obsequiaron a los visitantes Chimó y muy rápidamente estos nuevos habitantes de nuestras tierras se convirtieron en adictos a “mascar chimó”. Los consumidores de este producto de tabaco y que como tal crea adicción, justifican su consumo diciendo que el “mascar chimó”: mitiga el hambre y la sed, que es energético y evita el cansancio, que quita el frío, que provoca euforia y da ánimo, que es antinflamatorio, que cura las picadas de las avispas y además que untándolo a la ropa ahuyenta las serpientes.

Conozco desde muy joven este producto del tabaco, tendría entre los 7 u 8 años de edad cuando mi mamá Tarcila, alquiló una familia una de sus casas, contigua a “La Siempreviva” casa donde vivíamos  en Santa María (Caserío cercano a Valera Edo. Trujillo); ellos se dedicaban a la elaboración del Chimó. Por supuesto en más de una oportunidad me iba hacia donde estaban en plena labor y pude ver como lo hacían y hasta los ayudaba a amasar la pasta del Chimó.

No conocí a mi abuelo Tadeo Arismendi, pues murió el 22 de marzo del  1950, 17 días antes de yo nacer. Hombre serio de recto proceder, querido y admirado por sus vecinos y conocidos en esas inmediaciones, poseedor de haciendas de café, una de ellas  era la de Jeromito y la otra en La Cañada (Vía Mendoza Fría), él “mascaba Chimó”. Una vez curioseando el cuarto del abuelo Tadeo en Jeromito, encontré una cajita muy bonita pegada a una hermosa cadena a manera de leontina, hecha de cacho de vaca, se la mostré a mi abuela “mamaía”, así le decíamos se llamaba María Onofre, ella me dijo esa era “la cajeta del chimó” de su abuelo Tadeo.

A finales del año pasado estaba en Caracas y me tocó llevar el vehículo a un electro auto en la Urbanización Bello Monte, cercano a la Universidad Central de Venezuela. Mientras le hacían la reparación al vehículo me fui a una Cafetería - panadería, me tomé un café y cuando fui a pagar en la caja me llamó la atención observar una inusual ruma de “cajetas de chimó”, le pregunté a la cajera por qué tenían tanto chimó. Que quien  compraba eso???? Su respuesta fue: “…eso no dura aquí, en un rato ya no hay una, la compran los estudiantes de la Central…”

Hasta aquí todo esto es un relato. Hoy me tocaba equipar el vehículo de combustible, paralelo a la cola donde me correspondió, estaba la cola de los vehículos de la Guardia Nacional, en cada vehículo había dos efectivos. Me llamó la atención que en uno de esos carros, un Guardia Nacional cada rato abría la puerta y a la vista de cientos de personas escupía verdaderas “bombas de saliva con chimó”, de verdad era un grotesco espectáculo, más cuando este efectivo estaba uniformado. Se ve a simple vista su escasa  educación ciudadana por no decir nada de su educación militar. Los funcionarios deben tener claro que cuando se encuentran uniformados dejan de ser ellos y se convierten en la representación de una Institución. QUE MALA REPRESENTACION HIZO ESE GUARDIA NACIONAL HOY, DE SU INSTITUCION.

De mi parte les diré que de joven probé el Chimó y no me gustó, por el mal sabor, la alta salivación que produce  y aparte  emborracha. POR ESO NO SE LO RECOMIENDO A NADIE.

Puerto Ordaz, 01 de Julio del 2022

 

MILTON R. ABREU A.   

Coronel Ejército Siglo XX

 

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