ADIOS DOCTOR OSWALDO ALBORNOZ
Hay hechos que marcan a los grupos y las comunidades, Unos para el bien
otros para el mal, unos benefician y otros perjudican, unos agradables y otros
desagradables, unos alegres y otros tristes; en fin, como le dijera el fray
Hortensio de Paravicino a Felipe IV de España, cuando este lo visitó en 1624 allá
en Sevilla: “…de todo tiene la viña, Sacra y Real majestad…”, y que con el
tiempo la lengua castellana lo popularizó de la siguiente manera: “De todo hay
en la viña del Señor”.
En la madrugada del día de hoy 04 de agosto del dos mil veinte partió
hacia la eternidad el Doctor Oswaldo Melchor Albornoz Saiman, El “virus
chino”, se llevó nuevamente a otro venezolano ejemplar, profesional de la
medicina Neumólogo, quien se destacó por su un alto espíritu de trabajo, de una
gran entrega por su profesión y en lo personal excelente ser humano, cariñoso
con todo el personal, bondadoso con sus pacientes y preocupado por el Instituto
Clínico Infantil, donde ejercía su trabajo.
Esta forma de ser y actuar le granjearon el respeto, la admiración, la amistad y el cariño de todos los que laboramos en el Instituto. Mucha tristeza, muchos comentarios de nuestra gente, que con las lagrimas en los ojos se refirieron sobre el Dr. Albornoz. Algunas de las tantas que circularon por las redes sociales:
Milagros: “…se fue mi ahijado”
Mairin: “…Mi Santo...Y el beso en la frente que era
regla al toparse con el…”
Aura: “…Es el recuerdo más lindo que tengo de él,,,
mi corazón está roto…Dios, como lo vamos a extrañar”
Aníbal: “Hasta luego ilustre. Vuela alto mi Santo.
Fuiste un ser muy querido y respetado por nosotros, gracias por todo”.
Carolina: “A mi familia del ICI, la veo gratis”
Nelly: “Mi querido compadre de papelito, pero fue
como un compromiso para nosotros. Recuerdo cuando estuve grave, me cargó hasta
el quirófano y no salió del quirófano pendiente de mi, Gracias mi querido negro…”
No pudo dejar pasar de mencionar el gran cariño que
el Dr. Albornoz le tenía a “la mocha”. Una perrita que hace su vida y “cuida celosamente”
el estacionamiento de la Clínica. Oswaldo era uno de los más fervientes
defensores de este noble animal, ante personas crueles y despiables que en
diferentes oportunidades maltrataron a ese animalito. Ay “Mocha”, estoy seguro
que en esas noches de soledad en el estacionamiento, te acostaras boca arriba,
para que nuestro amigo pase y te acaricie el vientre como siempre lo hizo.
Sirva este desafortunado hecho para que todos
nosotros y especialmente las nuevas generaciones de profesionales sigan el
ejemplo del Dr. Albornoz, en el desempeño de sus funciones; con el
convencimiento que les será de una gran utilidad.
Dr.
Albornoz, o “negro”, como tu gente cariñosamente te llamaba: Descansa en Paz.
Puerto
Ordaz, 04 de agosto del 2020
MILTON R. ABREU A
Coronel Ejército Siglo XX
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