SEAMOS SOLIDARIOS
Nosotros,
habitantes de este nuestro querido planeta, estamos viviendo la peor pandemia
vista en muchos años, como consecuencia del Coronavirus (COVID-19)
que como sabemos se originó en China.
Este maléfico virus
llegó a Venezuela precisamente en uno de los peores momentos
político-económicos que estamos viviendo, para agudizar aún más la crisis
generalizada que ya veníamos padeciendo, donde ahora escasean los recursos para
atenderlo, las medicinas y demás insumos médicos, artículos de primera
necesidad, el gas doméstico, el combustible vehicular, el dinero efectivo
para las compras diarias y una larga lista de etcéteras. Este caos
ha llevado a una autoeliminación de la sociedad o de las relaciones sociales,
que se han reducido a pequeños núcleos familiares encerrados entre cuatro
paredes; contando ya prácticamente, con solo alientos de esperanza y
su inmensa o poca Fe para pedir e implorar a diario al
Todopoderoso que nos aleje de ese temido “virus chino”.
Estamos colocados
diametralmente opuestos a lo que nos enseñó el “Estagirita” Aristóteles, cuando
hablaba de los seres humanos: “…el hombre es por naturaleza un ser social”; del “impulso natural”; por el riesgo
que tienen las personas de unirse y formar familias y por ende el progreso de
la sociedad; “…la esencia de
la vida”, como él decía es: “servir a otros y hacer el bien; a la
libertad donde los “hombres libres”, puedan realizar sus funciones
propias y puedan participar en los asuntos políticos; etc.
Una definición de
SOLIDARIDAD es: “Adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos,
especialmente en situaciones comprometidas o difíciles”. Hemos visto cómo
parientes, vecinos, conocidos o desconocidos, etc. han partido prematuramente
de este mundo a causa del mortal virus y lo más lamentable e imperdonable
es, que en muchos casos esa partida fue por: falta de un medicamento, de la
debida atención médica o simplemente por falta de recursos económicos.
Debemos volver a lo
que siempre fuimos en esa Venezuela que lamentablemente quedó muy atrás y
que todos deseamos ver de vuelta, para pensar y decidir, en la medida de las
posibilidades de cada uno de nosotros, el apoyo que debemos brindarle al
necesitado, con generosidad, compasión y solidaridad, que con toda seguridad
ellos te lo agradecerán y seguro que también Dios te lo recompensará.
Puerto Ordaz, 26 de agosto del 2020
MILTON R. ABREU A.
Coronel
Ejército Siglo XX
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