lunes, 12 de marzo de 2018

QUE BUENO ES RECORDAR LOS TIEMPOS MOZOS…


QUE BUENO ES RECORDAR LOS TIEMPOS MOZOS…

El pasado domingo sostuve una amena y agradable conversación vía teléfono celular; con un distinguido colega y  hablando entre otras cosas de la Escuela Militar de Venezuela, me hacía referencia a aquellos cadetes  que por uno u otro motivo pasaron por varias promociones para poder graduarse y hablaba de uno en particular, me  dijo “…ese era un Cácora”. Esta palabra  tenía tiempo que no la escuchaba y de inmediato me transportó al  año en el cual ingresamos a esta casa de estudios militares.

El 7 de agosto del año 1967, un grupo de 225 bisoños muchachos provenientes de todo el país, cuyas edades oscilaban entre los diez y seis y veinte años, jóvenes que en su mayoría era la primera vez que se iniciaban en esta aventura: la vida militar y sin ningún conocimiento de ella, entre otras cosas, de “la jerga militar”; esto ahora, tantos años después, da risa y resulta hasta gracioso, pero  era una verdadera pesadilla.

La entrada se efectuó por la reja del Teatro, una columna de jóvenes colocados en orden alfabético en la calle; en  la puerta dos cadetes esperando  a sus “víctimas”: “Gandul”, colóquese la maleta en la cabeza avance al “salto el sapo” hasta donde están los enfermeros”, no sé qué es eso, “pare”; al fin ya donde los enfermeros: dos inyecciones en los brazos. De allí: “salto de la rana” hasta el dormitorio. Entregan los uniformes y el equipo y a prepararse para “el bautizo”. “Oído”, y un cadete antiguo decía: Párense firmes “Sátrapas”, no ve que les está hablando mi Brigadier?: Hay que pulir las “Media botas ya que el bautizo será de “Campaña”, me imagino que trajeron las “bombaches”. Uno nuevo, más perdido que sordo en un tiroteo, tratando de uniformarse escucha: la “almilla” va debajo de la camisa. Los “equipos de campaña” los colocan encima del escaparate, asegurarse que los cascos de fibra y campaña tengan los “barboquejos” y estén en buen estado. En la tarde el bautizo, ni se lo cuento, aquello fue de terror.

Siguientes días: en el Comedor de Cadetes, escojamos dos mesas como ejemplo: (jefe de mesas, el Sub brigadier Cruz Pirela y de la otra José Roberto Sánchez): Los “civiles”, comen en la “punta de las sillas” y en “escuadra”, bueno era al principio porque lo normal era comer debajo de la mesa; eso sin dejar de recordar esa misteriosa orden “cesar” donde todo se paralizaba y  era precisamente cuando el cadete  se disponía a ingerir los alimentos. Cualquier día después de salir del comedor, bien del almuerzo o de la cena y si tenía suerte de que los cursos superiores no estuviesen en el casino, podía entrar y tratar de comprar una “pasita  donde Segovia y “chicotearse”.

Esta nueva terminología se aprendía sobre la marcha y claro los primeros meses era Instrucción Básica Militar y poco a poco se incorporaba la Instrucción Civil. En las formaciones para el Orden Cerrado o de “Lista y Parte”, los “nuevos” eran “lacios”,apolíneos”, “alumbrados” y/o “bizarros”; a pesar de que era la sangre nueva del Batallón de Cadetes, para los superiores era común decir estas “vacas peludas” lo que tienen es una “caliguevamuy grande. Si los movimientos salían desiguales lo normal era: “a las culebrinaso “al pino1, al pino2, … al pino cien, etc”. Individualmente si el cadete era un flojo se le decía que era un  Peorrista”.

Si el Cadete era reprobado en un examen, perdía el fin de semana y pasaba a ser Arrestado por Estudio; o sea, en teoría debería pasar estos días estudiando en un aula y se convertía en un “Cácora”. Digo en teoría porque la mayoría de las veces pasaba el fin de semana trabajando con los arrestados por “Notas disciplinarias”, esto era hacer Orden Cerrado y/o “mierdera”.

Cuando el Cadete cometía faltas leves era normalmente sancionado con “presentaciones” (campaña a toda vela); con elTren de Medianoche a Georgia”; “san Nicolas (en Diciembre)”; “plantón” después del Toque de Silencio (gira la “melopia” a la izquierda); con un “tortugazo”;  un “a los vidrios”, etc. Pero si la falta era mediana o grave como por ejemplo quedarse “clavado” en un turno, lo enviaban para “el chata”, por varios días.

A los Cadetes de Segundo Año se les decía “Aspirantes”; y a los de Tercer Año que no tenían jerarquía “Técnicos”. Me acuerdo que el difunto, y en ese momento Capitán Roberto Delgado les decía: “Técnicos en bestialidad”.

Había cadetes con jerarquía que eran unas “poncheras o cucas” y otros “pote de humo”.

La limpieza del armamento normalmente se efectuaba los días sábados antes de la salida de permiso. En la revista al armamento había un Oficial que encontraba el ánima del fusil “barbado”; igual ocurría en la revista para salir de permiso donde este mismo Oficial encontraba que los Cadetes aparecían en la cedula de Identidad “barbado”. En ambos casos adiós salida de permiso.

Son muchas más palabras y frases que forman o formaban parte de nuestro particular vocabulario militar; por el momento lo dejo hasta aquí.

El presente escrito va dedicado con mucho cariño y en principio a mis hermanos de la vida, a los compañeros de la  Promoción “Cruz Carrillo”, y en general al resto de los colegas militares de las Fuerzas Armadas Nacionales que se sientan identificados con lo acá rememorado y que estén de acuerdo con aquello que dice: “RECORDAR ES VIVIR”. Espero lo disfruten.

                Puerto Ordaz, 11 de Marzo del 2018


MILTON R. ABREU A. 
Coronel Ejército Siglo XX




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