En Valencia funciona una de las principales
Universidades que tiene el país desde el año 1.892 “la Universidad de Carabobo”, allí van a cursar
estudios superiores jóvenes de toda Venezuela y del exterior. Una de las
primeras sensaciones que experimenta ese joven estudiante, no valenciano, es el
choque contra la “valencianidad” y que se convierte en una impronta que le queda de por vida. Igual le
pasa a los que por uno u otro motivo visitamos o nos toca vivir en esta bella
ciudad, como todas las de nuestro país. Esos jóvenes al graduarse en esta casa
de estudios, regresan a sus sitios de origen, orgullosos de haberse graduado en
tan prestigioso centro de enseñanza,
pero siempre recuerdan esos ratos no muy agradables por cierto, del trato de la
comunidad local para con ellos.
Mucho
se ha escrito sobre ese sentimiento de pertenencia y orgullo que tienen los
oriundos de la ciudad de Valencia y que
han denominado “La valencianidad”, entre ellos el excelente escrito del
Profesor Armando L. Martínez “La valencianidad: el signo histórico de la
ciudad”.
Ustedes
se preguntaran: y que le pasó a este? Bueno, la repuesta es la siguiente:
Recientemente me tocó viajar en una línea aérea comercial desde Puerto Ordaz
hasta Valencia, primera vez que lo hago, sorpresa!!! Que desastre de terminal
aéreo, no tiene la pasarelas o gusanos para los pasajeros; uno baja del avión y
cae en plena pista de aterrizaje, de allí se dirige por una especie de “manga
de coleo” hasta el sitio donde se retiran las maletas. Eran como las siete de
la noche y estaba lloviendo y aparte de mojarse, uno tiene que ir pegando saltos para no
caer en los charcos de agua. El sitio
donde se retiran las maletas es muy pequeño, los pasajeros de un vuelo normal,
literalmente no caben en ese sitio y la correa por donde salen los equipajes es
pequeña y está muy mal estado. Eso si, hay una foto gigante del difunto Ex
Presidente. Los taxistas cobran por “su servicio”, lo que les da la gana; y para
cerrar el broche: la calle o avenida que va desde este terminal aéreo hasta la
ciudad, full de huecos y totalmente a oscuras.
Igualmente
para la pasada navidad y motivado a que
tengo mi vehículo parado por falta de repuestos, me tocó ir a Valencia en
autobús, lo hice en la Línea Aeroexpresos Ejecutivos . Para mi toda una nueva
experiencia ya que tenía más de 40 años que no lo hacía en este medio de
transporte. Otra sorpresa, se paga una tasa o impuesto de salida: 150,00 bolívares. Se llega al Terminal de
Valencia Big Low Center, el conductor hizo peripecias para llegar a este sitio:
las vías de acceso en último estado, cola de vehículos, el terminal en si, en
último estado de presentación, a oscuras, etc. etc. etc.
Ahora
mis preguntas:
Donde
está el orgullo, “la valencianidad” que deben sentir los gobernantes de turno
de este estado?, al tener las principales puertas de entradas a la ciudad, en estas condiciones!!!!
Será
que “la valencianidad” para los de turno, es para decir: Soy de valencia, pero
no la quiero?
O será
que están esperando que venga uno de afuera a solucionarles los problemas??
NOTA:
Lo de los terminales (aéreo y terrestre), no son los únicos problemas que tiene
la Valencia del Rey como se le llamara en otrora.
Caracas, 06 de Enero del 2.016
MILTON R. ABREU A.
Coronel Ejército Siglo XX
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